jueves, 14 de julio de 2016

Porque me da la gana




Cuando era premamá primeriza y la gente me preguntaba si iba a dar la teta a mi hijo, yo contestaba con un tímido "si puedo si que me gustaría", dentro de mi una vocecilla decía "tú vas a dar teta y punto, se pongan como se pongan" pero ese intentar no parecer cabezota (los tauro me entenderéis) y que nadie se pensara que me iba a convertir en una hippie loca de la teta (jajajajajajajajajajajaja), hacían que diera una respuesta políticamente correcta. Pero lo cierto es que cuando nació David no me planteé ninguna otra opción, el alimento de mi hijo iba a ser la teta de su madre y punto, he de reconocer que no he tenido grandes problemas con ninguna de las dos lactancias, porque si con David lo veía claro, con Natalia ya lo ví cristalino.

Cierto es que por el hecho de ser pediatra muchos comentarios me los ahorro, pero las miradas de reprobación están ahí, dar teta a un niño que pasa el año no está bien visto socialmente (aunque por suerte cada día está más aceptado), pero a dos... Y que el mayor casi tenga 4 años... Uffff, eso es harina de otro costal... Así que cuando alguien me hace algún comentario o alguna insinuación o me pone caras raras, lo primero que hago es tratarles como si los locos fueran ellos, y luego intento dar alguna explicación en función del interlocutor que tenga delante. Pero me estoy empezando a cansar de dar explicaciones...

Podría decir que la OMS aconseja lactancia exclusiva hasta los 6 meses y luego complementada con otros alimentos hasta los dos años MÍNIMO, y luego hasta que la madre y el hijo quieran.

Podría decir que mis hijos tienen menos riesgo de alergias, intolerancias alimentarias, obesidad, DM, leucemias y otras muchas enfermedades (incluso podría decir que los niños alimentados con fórmula tienen más riesgo).

Podría decir que la lactancia les ha ayudado a no usar chupete y a no chuparse el dedo, con lo que tienen menos problemas con la posición de los dientes y con solucionar sus conflictos (algún día escribiré sobre esto), además de no tener dependencia por ningún objeto material a la hora de calmarse.

Podría decir que el tandem me ha ayudado a gestionar los celos del mayor hacia la pequeña, que el hecho de compartir algo tan íntimo los dos hace estén muy unidos.

Podría decir que olerles el pelo mientras se duermen en mi pecho es de las cosas más bonitas que me han pasado nunca.

Podría decir que al darles teta (y ponerles ciertas"normas" a partir de una edad) les enseño a respetar sus cuerpos y los de los demás.

Podría decir muchas cosas (pues no tengo rollo yo!), pero solo voy a decir una:
¡DOY LA TETA PORQUE ME DA LA REAL GANA! 

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